Es un instrumento musical de la familia viento madera, de taladro cónico, cuyo sonido se emite mediante la vibración de una lengüeta doble que hace de conducto para el soplo de aire. Su timbre se caracteriza por una sonoridad penetrante, mordente y algo nasal, dulce y muy expresiva.
Según la RAE, la persona que toca el oboe se denomina oboísta.
Consta de un tubo de madera y de una lengüeta doble. El tubo es como el molde de la columna de aire. Sobre él se hacen los orificios y se colocan las llaves. Su forma es cónica. La base del tubo, o sea el pabellón, se ensancha y toma casi la forma de un embudo. 
El oboe posee unas llaves que sirven para facilitar la ejecución de cualquier pasaje musical y ampliar su registro. Su existencia se debe a que el ser humano tiene menos dedos que agujeros tiene el oboe, limitación física que se soluciona con este ingenioso sistema que permite, al pulsar una llave, tres cosas: cerrar un agujero, abrirlo o alcanzar agujeros situados lejos de nuestros dedos.
El oboe está afinado en do, por tanto, no es un instrumento transpositor y tiene un registro entre mezzo-soprano y soprano. La tesitura del oboe está comprendida entre el si2 grave y el sol5 sobreagudo.
El origen del instrumento conocido en la actualidad por el nombre de oboe se remonta a 3000 a. 
El oboe se emplea con frecuencia en la música cinematográfica, a menudo para representar una escena triste o dolorosa. Uno de los más destacados usos del oboe en una banda sonora es en la canción titulada «Gabriel's Oboe», de la banda sonora de Ennio Morricone de la película de 1986 La Misión (oboísta: Joan Whiting).
También aparece como solista en el tema Across the Stars de la banda sonora de John Williams en la película de 2002 Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones.