Clara Wieck Schumann fue una pianista y compositora, nacida el 13 de septiembre de 1819 en Leipzig (Alemania).
Su padre era un reconocido maestro de piano y tenía un negocio de venta de partituras y de pianos. Su madre era una renombrada cantante y pianista. Su padre planeó para Clara una vida de concertista. Se preocupó por darle una formación completa, desde muy niña, con los mejores maestros disponibles: además de piano estudió canto, violín, instrumentación, contrapunto y composición. 
Friedrich le inculcó a su hija una férrea disciplina y actuó como su agente promotor para conseguirle presentaciones en Europa.
Dio su primer recital en la Gewandhaus de Leipzig -una sala de conciertos de gran renombre hasta nuestros días- a los 11 años y al año siguiente se fue de gira a París, con bastante éxito. Ese mismo año, se publicó en Alemania una obra de Clara titulada Cuatro polonesas para piano. Dos años más tarde, en 1833, comenzó la composición de un concierto para piano, que terminó en 1835.
Estuvo casada con Robert Schumann, uno de los más importantes compositores del Romanticismo alemán. 
Robert y Clara se amaban profundamente. Compartieron muchas cosas de su vida y de su música, que era para ambos parte fundamental de su existencia. Desde el día de su boda llevaron un diario en conjunto. Un poco después, la pareja escribió un conjunto de canciones, que Robert publicó ocultándoselo a Clara para presentárselas en su primer aniversario de matrimonio. Así, de las 12 canciones del Op. 37 de Robert Schumann, tres son de Clara.
Con Johannes Brahms,  cultivó una amistad que duró hasta la muerte. Clara fue admirada por otras personalidades de la época como: Goethe, Mendelssohn, Chopin y Paganini. 
No compuso mucho pero las obras que se conservan de ella tienen gran mérito. 
Sus composiciones fueron para: piano solo, canciones para voz y piano, música de cámara y para orquesta.
 Las razones por las que no se dedicó en mayor grado a la composición, a pesar de su talento evidente, fueron varias, entre ellas su carrera de concertista, sus ocho hijos, la devoción por su esposo y el papel de la mujer en el siglo XIX.
Tuvo una gran fortaleza espiritual que le permitió soportar una vida dura como artista y llena de tragedias en el ámbito personal, como la separación de sus padres, la muerte prematura de varios de sus hijos y el intento de suicidio y la posterior muerte de su esposo.
 Realizó alrededor de cuarenta giras de conciertos por el continente europeo y en todos lados era recibida con los más altos honores. Fue una profesional en el sentido económico también: cobraba dignamente, igual que los otros virtuosos de la época, pues fue por mucho tiempo el único soporte de la familia.
Falleció el 20 de mayo de 1896 en Francfort del Meno (Alemania).
Pueden descargar alguna de sus partituras aquí.