Erik Satie, nacido como Alfred Eric Leslie Satie un 17 de mayo de 1866 en Honfleur (Calvados), fue un compositor y pianista francés. 
Denostado por la academia y admirado por otros compositores de su época, de formación irregular, ingresó inesperadamente en el conservatorio a los 40 años, para sorpresa de quienes le conocían, tras haberse dedicado, entre otras muchas cosas, a la música de cabaret.
Tras haber convivido con las vanguardias de su época, su obra resulta tan extravagante como su vida aún hoy. De conductas transgresoras, de caracter insoportable e intransigente, con ideas disparatadas y ocurrencias en ocasiones irritantes e incluso paranoicas, se presentaba a sí mismo como «gimnopedista» (antes incluso de escribir su más famosa composición, las Gymnopédies) y como «fonometrógrafo» (alguien que mide y escribe los sonidos), prefiriendo definirse así que como «músico».
Desde 1899 en adelante se ganó la vida como pianista de cabaret, adaptando más de un centenar de piezas populares para piano (o piano y voz), añadiendo algunas propias.
En sus últimos años Satie rechazaría toda su música de cabaret como perversa y contraria a su naturaleza, aunque revivió parte de su tono jocoso en La Belle Excentrique, de 1920. Pero en su momento le sirvió para ganar dinero.
Hasta el año de su muerte en 1925, absolutamente nadie excepto él entró a su habitación en Arcueil desde que se mudara hacía veintisiete años. Lo que sus amigos descubrieron ahí, después de su entierro, además del polvo y las telarañas (lo cual, entre otras cosas, aclaró que Satie jamás compuso usando su piano), descubrieron numerosos objetos:

  • una colección de unos cien paraguas
  • el retrato que le hizo su amiga Suzanne Valadon en 1893;
  • cartas de amor y dibujos de la época de Valadon;
  • otras cartas de todos los períodos de su vida;
  • su colección de dibujos de edificios medievales
  • otros dibujos y textos de valor autobiográfico;
  • otras cosas memorables de todos los periodos de su vida, entre ellos siete trajes de terciopelo del periodo del «caballero de terciopelo».
Pero lo más importante, había composiciones de las cuales nadie había oído hablar, por todos lados: atrás del piano, en las bolsas de los trajes de terciopelo, etc.
Falleció el 1 de julio de 1925 en París.